Las iglesias de todo el mundo deben seguir de inmediato las recomendaciones del ministerio de salud de su país sobre la suspensión del culto público para ayudar a prevenir la propagación de la pandemia del COVID-19, dijo el coordinador de la Red de salud de la Comunión Anglicana (Anglican Communion Health’s Network).
La Comunión Anglicana es una familia de 40 iglesias miembros, cada una autónoma e interdependiente. Ninguna iglesia u organismo tiene autoridad sobre otra, y la declaración emitida el viernes (27 de marzo) es solo una recomendación.
Algunas de las 40 iglesias miembros de la Comunión Anglicana ya han suspendido el culto público a nivel provincial, mientras que otras están dejando esa decisión en manos de las diócesis o parroquias individuales.
La Red de salud de la Comunión Anglicana es convocada por el Dr. Michael Beasley, obispo de Hertford en la Iglesia de Inglaterra, quien además es epidemiólogo. Anteriormente trabajó como director de la Asociación para el desarrollo de los niños en el Departamento de enfermedades infecciosas del Imperial College de Londres.
En una declaración emitida el viernes por la Anglican Communion Office (oficina de la Comunión Anglicana), el Dr. Beasley declaró: “A medida que se propaga la pandemia del COVID-19 en todo el mundo, las autoridades oficiales de salud pública están recomendando a las iglesias que no se reúnan para el culto y otras reuniones y que lo hagan de manera virtual, quedándose en casa.
“Esto es crucial para prevenir la propagación del virus, salvar las vidas de los más vulnerables y proteger a los servicios de salud del colapso a causa del elevado número de contagios. Es un acto de amor, aunque sea doloroso.”
Agregó: “En la medida de lo posible, los líderes de la iglesia pueden dirigir el culto de forma remota utilizando Internet, la radio o un llamado a la oración en un momento específico. Los hogares unifamiliares también pueden orar y reflexionar juntos sobre las Escrituras.
“Jesús dijo: ‘Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo’ (Mateo 28:20) y en Juan 20:26 leemos: ‘Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó: “La paz sea con ustedes”.’
“Aunque estamos separados físicamente, podemos estar juntos en espíritu. Y mientras lo hacemos, esperemos con alegría los días en que podamos volver a encontrarnos reunidos como Cuerpo de Cristo. ¡Qué celebración nos espera!”