La Rvdma. Linda Nicholls, primado de la Iglesia anglicana de Canadá, ofrece información de su provincia antes de este domingo (9 de febrero de 2020), cuando los anglicanos de todo el mundo rezarán por la Iglesia anglicana de Canadá como parte del ciclo de oración anglicano.
La Iglesia anglicana de Canadá está profundamente definida por su geografía y su historia. Con casi 10 millones de kilómetros cuadrados de tierra y regiones geográficas muy diferentes, nuestras 30 diócesis tienen que lidiar con densas poblaciones urbanas en algunas de las ciudades importantes a lo largo de la frontera sur, pequeñas ciudades y vastas áreas rurales e inhóspitas tierras donde habitan pequeñas o aisladas comunidades en el resto del territorio. Nuestras principales ciudades y pueblos más pequeños contienen comunidades multiculturales y étnicas de todo el mundo que requieren nuevas formas de ministerio y sensibilización de la comunidad. Nuestras zonas rurales lidian con el declive demográfico en algunas áreas y las comunidades más aisladas carecen de un liderazgo pastoral adecuado.
Un elemento clave de nuestra historia y vida actual en Canadá es nuestra relación con los pueblos indígenas. El asentamiento colonial de Canadá ignoró la rica y variada vida de las naciones indígenas en todo Canadá, alegando haber “descubierto” el país, para después poblar y controlarlo. Los pueblos indígenas fueron diezmados por enfermedades, a veces deliberadamente, y los tratados realizados no se respetaron. El sistema de internados para educar a los niños en escuelas confesionales fuera de sus comunidades, negándoles su idioma y cultura, ha dejado un devastador legado de sufrimiento, incluyendo casos de abuso físico y sexual.
Una Comisión para la verdad y la reconciliación ha escuchado relatos de este dolor y el trabajo de curación será un largo y arduo viaje para la nación y la Iglesia. La Iglesia anglicana de Canadá dirigía algunos de estos internados. Comenzamos nuestro viaje de disculpa y reconciliación en 1993 y ese trabajo todavía continúa. La educación de nuestras congregaciones sobre nuestra historia y la búsqueda de una nueva relación con los anglicanos indígenas será esencial, incluyendo un enfoque en el desmantelamiento del racismo y la descolonización para todos. Se han dado los primeros pasos para lograr una Iglesia anglicana indígena autónoma dentro de la Iglesia anglicana de Canadá bajo el liderazgo del arzobispo Mark Macdonald.
La Iglesia ha experimentado un período prolongado de disminución de la participación en los últimos treinta años. Canadá es un país altamente secularizado en el que el lugar de la iglesia se ha vuelto irrelevante para muchos. Necesitamos involucrar vigorosamente las dos primeras Marcas de la Misión –evangelismo y discipulado– con un compromiso renovado en los próximos años.
Compartimos nuestro viaje en plena comunión con la Iglesia evangélica luterana en Canadá que busca profundizar esa relación. Actualmente compartimos reuniones conjuntas de obispos/as, personal, consejos y sínodos. Además, llevamos dialogando con otros mucho tiempo, incluyendo la Iglesia católica romana, la Iglesia unida de Canadá y, más recientemente, la Iglesia menonita de Canadá. Las conversaciones interreligiosas continúan con las comunidades judía y musulmana, especialmente en áreas del bien común en Canadá.
Compartimos nuestra preocupación por los problemas mundiales del cambio climático, los refugiados y la trata de personas. El extremo norte de Canadá está viendo rápidos cambios en el clima que están afectando la capacidad de las propias comunidades para subsistir a medida que cambian los patrones de migración de vida silvestre y los de hielo y nieve dejan de ser predecibles, por lo que la caza y la pesca también se han vuelto impredecibles. Muchas de nuestras iglesias comparten el patrocinio de refugiados, ayudan a los refugiados a reasentarse en Canadá y enriquecen nuestra vida como país. Canadá es un país emisor y receptor de trata de personas a través de trabajadores migrantes, trata sexual y la tragedia de mujeres y niñas indígenas asesinadas y desaparecidas. Trabajamos con socios, tanto de la iglesia como del estado, para abordar estos problemas y abogar por la justicia.
Pedimos sus oraciones por:
- discipulado renovado que compartirá el evangelio con alegría
- Sanación para las comunidades indígenas y reconciliación como iglesia
- Valor para afrontar todo lo que Dios nos está llamando a hacer y ser
Con gratitud por nuestra colaboración en el evangelio a través de la Comunión Anglicana,
Linda Nichols
Arzobispa y primado,
Iglesia anglicana de Canadá